Preso de este alma incondicional y libre, esclavo con las cadenas que me unen a tus labios, así condenado al cielo eterno me siento cada vez que rozo mi alma en tu pecho. Piropos se vierten en este fuego eterno que nos lleva a la locura, que nos lleva al amor eterno. Tantos son los días como las noches sin desvelo que hacen de este amor una locura en el tiempo. No soy poeta, ni dios que mueva esta tierra, pero si ese hombre que con su barca llena mi parcela. No hay versos que digan este amor tan bello, que arde en mi presencia, que es mi condena. El roce de tus labios mi mayor sorpresa, que enloquecen mi alma, que mi cabeza atormenta.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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