Silencios en la calma de la tarde, palabras que arden en el pecho de este corazón enamorado, en esta locura que unos llaman amor, otros cielo y yo llamo vida. Aire que entra en mis pulmones, que lleva el perfume de aquella que en mi mente esta, aquella que con esos ojos marrones enloquece mis días y mis noches, me hace poeta y marca mis sueños. Aquella cuya melena negra azabache cubre mis noches, guiando con sus dos luceros a este corazón herido de amor, que muere por cada besos de sus labios, por sentir el calor de sus brazos, la palabras de su boca y la mirada de sus ojos. Ese ángel que enciende mi cielo, que amanece en mis noches y oscurece mis días, que embrutece las lagrimas de mis ojos y enciende mi poesía, que inventa palabras para decirle una y mil veces te quiero.
Niña hoy quiero que escuches mis palabras, porque hoy no escribe mi mente, sino mi corazón. Desde hace un tiempo lo eres todo para mi, la razón por la que me gusta ver el amanecer, la razón por la que cada noche me asomo a mi ventana a contemplar como las estrellas dibujan tu rostro. Escuchar como el viento en una suave brisa dice tu nombre. Si, hoy soy un hombre enamorado, un hombre el cual no quiere dejar de ver cada amanecer lo bella que es tu sonrisa, un hombre que daría hasta su propia vida, si fuera preciso, para que la niña a la que quiere se sienta siempre feliz, que cada lágrima no sea motivo de tristeza, sino de una felicidad que inunde tu corazón. No se que es lo que te hace especial, lo único que se que eres la ultima imagen que veo al dormir, la primera al despertar y en cada sueño, solo te encuentro a ti. Niña desde que toque tu mano por primera vez, he dormido cada noche con la ilusión de que algún día estuvieras siempre a mi lado, que al despertar estuvieras siempre c
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